miércoles, agosto 09, 2006
Aprendiendo a las patadas
CORONEL AGUIRRE, PASIÓN DE MULTITUDES
La pronta inauguración de la biblioteca popular Miguel Macri fue el disparador para conocer la historia de la institución más grossa de Villa Gobernador Gálvez y de cómo aprovechar al fútbol como un modelo de inclusión social.
Por Gastón Ragatia
“Acá los pibes son hinchas de Coronel Aguirre y después de Central, Newell’s o Boca”. La frase podría sonar exagerada, pero basta ingresar a la ciudad de Villa Gobernador Gálvez por cualquiera de sus accesos, para darse cuenta de lo grande que es esta pasión. Las pintadas le dan la bienvenida desde el cemento de los puentes y se multiplican por cuanta pared se deje salpicar por los colores rojos y verdes del viejo y querido Coronel Aguirre.
Nos convocó, en realidad, la inauguración de una biblioteca popular que apunta a fomentar el estudio y la integración a pibes de una ciudad golpeada, y terminamos enamorándonos de un club que mantiene vivo aquel viejo apotegma futbolero del amor por la camiseta. Con dirigentes jóvenes que pasaron su vida en el club, con jugadores que no cobran un peso y que entrenan de noche, muertos por su laburo, pero vivos por el simple hecho de correr atrás de una pelota con el corazón hecho camiseta. Detrás de todo esto aparece una hinchada que organiza bailes y no sólo se banca los gastos sin manguear ni apretar a nadie, sino que también llevan varios de miles de pesos aportados al club para cumplir el sueño del estadio propio…ese que ellos mismos, codo a codo con los dirigentes, están empezando a construir.
La escuela del otro Macri. “Acá había un técnico que se preocupaba mucho por los pibes, no tanto porque jugaran bien al fútbol, sino para que sean buenas personas. El quería que ellos estudiaran y les traía libros. Los instaba a que lean y no dejen la escuela. A partir de eso se nos ocurrió juntar libros, y a través del enganche de la gente, surgió la idea de abrir una biblioteca. Después de tres años y estamos a punto de inaugurar
“La idea era abrir la biblioteca el viernes 7 de Julio pero decidimos postergarlo hasta fin de mes para tener todo listo. No es fácil. Logramos juntar más de once mil libros. Todo gracias al aporte de personas particulares, estudiantes universitarios, Cáritas, y sobre todo, el Ejército de Salvación. Ahora estamos en la etapa de clasificación. Imaginate que hay que ordenarlos por tema, por autor, por año. Y lo hace una docente que escuchó la iniciativa en el programa de (Carlos) Del Frade y que vino a darnos una mano. Por supuesto ad honorem porque no tenemos recursos y la realidad es que necesitamos mas gente”, contó el titular de Aguirre que puntualizó la necesidad de formar un Centro Cultural. “El objetivo es recuperar la enseñanza de oficios que prácticamente no existe más y brindarle a los pibes la posibilidad de aprender un laburo que le sirva a futuro. Y por supuesto, también trabajar cuestiones culturales como un talleres de teatro, clases de música, murga y todo lo que pueda servir para el club y la ciudad”.
Vamo’ lo pibe’. “Trabajamos pensando en lo mejor para los chicos. Actualmente tenemos 280 pibes que van a 26 escuelas diferentes. Nosotros fuimos a las 26 y les pedimos a las maestras que nos armen informes mensuales para saber cómo andan en los estudios y si tienen problemas se les ofrece a los padres apoyo escolar en la biblioteca de manera gratuita. Además después de las prácticas se les da una copa de leche y a los que puntualmente sabemos que tienen problemas de alimentación, se les arma un paquete de mercadería para que lleven a la casa”, puntualizó Lavezzi.
No sólo la falta de comida preocupa a Diego y a la mayoría de los habitantes de Gálvez, la realidad es bastante parecida a la que se vive en cualquier barrio de Rosario pero se nota más porque “Gálvez es todo barrio, entonces parece que fuera peor. Pero en realidad tiene los problemas típicos que hay en cualquier lado: falopa, poco laburo, nada de esperanza. Lo de siempre. A mí lo que más me preocupa es la cantidad de armas que hay. Antes te agarrabas a piñas y te ibas a tu casa con el ojo morado. Ahora por cualquier cosa te pegan un tiro. Leés el diario y todos los días hay algún baleado, y lo peor es que casi siempre conoces al que tiró y al que ligó el tiro. De todo esto fue surgiendo la necesidad de que el club cumpla su función primordial que es contener a los chicos y brindarles posibilidades. Para que puedan soñar en vez de tener pesadillas”.
Aguirre modelo 06. “Nos criamos en el club y vivimos siempre acá, por eso la gente nos hace el aguante. Esto lo digo porque antes hubo varios presidentes golondrina, que venían, usaban al club para cuestiones políticas y volaban. Entonces cambiamos el estatuto y ahora para ser presidente tenés que tener como mínimo tres años de antigüedad, sino viene un empresario con guita, a los dos años te cambia la camiseta de color, se lleva a todos los pibes y desaparece. En el fútbol están Central y Newell’s y atrás venimos nosotros. El año pasado tuvimos dos categorías campeonas y eso que ellos en las finales ponen a los pibes que juegan en AFA –dice con orgullo–. Igual siempre quedan cosas por hacer. Ahora además de ampliación del estadio que es el proyecto número uno (sería para siete mil personas), queremos conseguir un predio, hacer una pileta, un quincho y un parrillero para que la gente de la ciudad se junte los fines de semana en el club”.
Amor a la camiseta. “Los jugadores de primera acá no cobran un peso. Son amateurs. Lo único que hicimos fue conseguirles trabajo para que no se vayan a jugar al campo. Ellos laburan todo el día, entrenan de noche y después le juegan de igual a igual a los grandes. El objetivo es jugar el Argentino C el año que viene. Ahora la cuestión pasa por generar recursos para pagarle a los muchachos, a los profes y ver si se puede traer algún refuerzo. Para eso lanzamos la campaña de socios que es similar a la que hace Central con el socio “Gigante”, es decir, le brindamos descuentos en comercios y en algunos servicios, nada más que la idea la tuvimos antes que ellos”, continuó el hermano de Pocho.
Alta banda. Alrededor de 1.500 personas se acercan cada vez que Coronel Aguirre juega de local. En la final del Clausura de
El convenio con San Lorenzo. “Primero quiero aclarar que no es como salio en algún medio porteño. No somos una filial de San Lorenzo y no nos vamos a privatizar. Simplemente, a través de mi hermano, hicimos un convenio por el cual ellos nos aportan un dinero mensual -seis mil pesos- y lo único que le aseguramos a cambio es tener la prioridad para llevarse jugadores del club. Lo que nosotros queremos es que los pibes sientan que pueden llegar. Antes si había uno que la rompía se lo llevaban a otro club porque Aguirre no promovía. Por ejemplo, (Damián) Manso salio de acá, pero se lo llevaron a Paladini y la gente piensa que surgió ahí. Un montón de jugadores empezaron acá (Elvio Martínez, Germán Herrera, Diego Chitzoff o el Colorado Orellano) y nunca recibimos un peso, ni siquiera por mi hermano. En cambio, a partir de este convenio, San Lorenzo se hace cargo de los pasajes para que los chicos vayan a probarse allá. Le bancan la estadía o la pensión si quedan, y el día de mañana el veinte por ciento es va directo a nuestro club”, subrayó Lavezzi.
Mi hermano el goleador. A Diego se le nota en los ojos el orgullo que siente al hablar de su hermano. “Es que prácticamente lo crié y me llena de satisfacción verlo triunfar y ver que sigue siendo el mismo de siempre. El año pasado en vez de irse de vacaciones a cualquier lado se vino a Gálvez y se iba todos los días con los pibes a pescar o a cazar cuises (risas). Los pibes lo aman y por supuesto, siempre colabora con nosotros mandando pelotas, camisetas, botines o lo que sea. Pero más allá de eso es un fuera de serie y no porque sea mi hermano”, finalizó la autoridad principal de Coronel Aguirre, pasión de multitudes•